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Hablemos sobre la Enfermedad Renal Crónica…

Cuando los riñones no son capaces de filtrar las toxinas y otras sustancias en la sangre se conoce como Enfermedad Renal Crónica (ERC). También se puede definir como la presencia de daño al riñón persistente durante al menos tres meses. Esta enfermedad esta compuesta por 5 etapas, también conocidas como estadíos y una vez se produce su daño no se puede revertir. A medida que la enfermedad empeora, se acumulan desechos en la sangre comprometiendo la salud de las personas. Desafortunadamente esta condición no presenta síntomas y en la mayoría de los casos las personas ni siquiera sospechan que algo no anda bien. Si la enfermedad continúa empeorando, existe el riesgo a la vida y la necesidad de tratamiento especializados.

Durante los últimos años ha aumentado la concienciación de la enfermedad renal crónica como un problema de salud pública, considerando su amplia distribución, complicaciones y costos. Si no se da atención a este problema se espera que el número de personas que requieran diálisis o un trasplante de riñón aumente dramáticamente en los próximos años. Los efectos adversos no solo se dirigen hacia la insuficiencia renal, también incluye complicaciones tales como: presión alta, anemia, desnutrición, problemas en los huesos y del corazón.

Una nueva definición y clasificación de la ERC ha contribuido a establecer programas para diagnosticar y ofrecer atención primaria. Puerto Rico Renal Health & Research, Inc., primero en su clase, ofrece un programa multidisciplinario sistematizado para la detección temprana y atención de la enfermedad renal y las complicaciones como las antes mencionadas. El programa ha logrado obtener resultados clínicos significativos y la disminución en sus costos mediante la reducción de las visitas a salas de emergencia y proveerle al paciente una diversidad de servicios integrados en una misma facilidad.
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¿Qué es la enfermedad renal crónica?

¿Qué es la enfermedad renal crónica? La enfermedad renal crónica ocurre cuando los riñones van perdiendo su capacidad de funcionar adecuadamente con el tiempo.  La función principal de los riñones es eliminar los desechos y el exceso de agua y minerales del cuerpo.  La enfermedad renal crónica tiene cinco (5) estadíos (etapas) y cada una define una disminución mayor en la función del riñón. ¿Por qué ocurre la enfermedad renal crónica? Las causas principales de la enfermedad renal crónica son la diabetes y la hipertensión arterial.  Sin embargo, existen otros factores que pueden afectar el funcionamiento adecuado de los riñones.  Estos son:
  • Enfermedades autoinmunes (como lupus, esclerodermia, HIV)
  • Problemas congénitos (riñones poliquísticos)
  • Infecciones de los riñones (Glomerulonefritis)
  • Infecciones recurrentes de orina
  • Lesión o trauma al riñón
  • Cálculos renales (piedras en los riñones)
  • Problemas en las arterias que llevan el flujo de sangre a los riñones
  • Abuso de analgésicos para el dolor
  • Uso de contrastes para ciertos estudios médicos. 
La enfermedad renal crónica va empeorando con el tiempo.  Sin embargo, los primeros estadíos (etapas 1-3) de la enfermedad renal generalmente no producen ningún síntoma.  La función de los riñones puede disminuir en un periodo de meses o años.  En muchas ocasiones la pérdida de función de los riñones es tan lenta que no se detecta la condición hasta que la persona ya se encuentra en etapas más avanzadas de la enfermedad y comienza a sentir algunos síntomas.  El último estadío (etapa 5) se conoce como Fallo Renal Permanente o Enfermedad Renal Terminal.  En este estadío, los riñones ya han perdido la capacidad de eliminar suficientes desechos ni líquidos del cuerpo para que el paciente pueda vivir adecuadamente.  En este momento, será necesario recurrir a un tratamiento que se conoce como diálisis o a un trasplante de riñón ¿Qué síntomas puede tener alguien con la enfermedad renal crónica? Como la enfermedad renal crónica generalmente no produce síntomas durante los primeros estadíos, es posible que cualquier síntoma que sienta el paciente sea confundido con un síntoma de otra condición.  Es por esto que en muchas ocasiones, el diagnóstico de la enfermedad renal crónica se hace en estadíos más avanzados.  Algunos de los síntomas que pueden notar son:
  • Falta de apetito
  • Sensación de debilidad y malestar general
  • Dolores de cabeza
  • Picor y resequedad en la piel
  • Náuseas
  • Pérdida de peso involuntaria (sin desearla)
Algunos otros síntomas que podrá notar, en especial en estadíos más avanzados (como 4 o 5) son:
  • Oscurecimiento o aclaramiento de la piel
  • Dolor en los huesos
  • Cambios en el sistema nervioso y cerebro:
    • Mucho sueño y confusión
    • Dificultad para concentrarse y pensar
    • Adormecimiento de las manos o pies
    • Calambres
  • Mal Aliento
  • Sed excesiva
  • Disminución en el interés sexual o impotencia
  • Disminución o paro en los periodos menstruales (amenorrea)
  • Dificultad para dormir (insomnio) o síndrome de piernas inquietas
  • Hinchazón de pies y manos (por acumulación de líquidos)
  • Vómitos, generalmente durante la mañana
¿Qué pruebas me puedo hacer para saber si tengo enfermedad renal crónica? Una prueba sencilla de orina que se conoce como urinálisis puede detectar si hay presencia de proteínas en la orina.  Esto se puede comenzar a detectar desde 6 meses hasta 10 años antes de que la enfermedad renal comience a producir síntomas.  Algunos exámenes de sangre ayudan a verificar cómo está la función de los riñones.  Estos son:
  • Niveles de creatinina
  • Urea Nitrogenada en sangre  ((BUN)
Otros laboratorios se pueden afectar también por la enfermedad renal crónica.  Por esa razón es importante que el paciente se realice pruebas de laboratorio regularmente para continuar monitoreando la función del riñón. 
  • Albúmina – una proteína de la sangre
  • Calcio
  • Colesterol
  • Hemoglobina/Hematocritos
  • Magnesio
  • Fósforo
  • Potasio
  • Sodio
  • Acidez de la sangre (CO2)
  • Vitamina D
Para más información, puede visitar nuestras clínicas o llamar al 787-710-2532.  ¡Estamos para ayudarle!
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Mi médico me ha dicho que tengo enfermedad renal crónica. ¿Qué tratamientos debo seguir?

Es muy importante lograr controlar la presión arterial.  Esto disminuirá el daño al riñón y es posible que retrase el progreso de su enfermedad renal.  Para eso debemos considerar:
  • Uso de medicamentos para el control de la presión arterial
  • La meta es mantener la presión arterial en 130/80 mm Hg o menos
Existen otras recomendaciones para mejorar el control de la enfermedad renal crónica y evitar problemas del corazón.  Entre ellas están:
  • No fumar
  • Seguir una alimentación baja en grasas y colesterol
  • Hacer ejercicio regularmente (con autorización médica previa)
  • Utilizar los medicamentos según le fueron recetados por su doctor
  • Mantener un buen control de sus niveles de azúcar en sangre
    • Utilizar sus medicamentos para la diabetes según ordenado
    • Evitar alimentos altos en azúcares
    • Hacer actividad física regularmente
    • Monitorear sus niveles de glucosa en el hogar.
  • Disminuir su ingesta de alimentos altos en sodio
Notifique a su equipo de salud (Enfermero de cuidado primario, dietista, trabajador social o nefrólogo) antes de comenzar a utilizar cualquier medicamento o suplemento de vitaminas o natural.  Además, déjele saber a los demás médicos que usted visita que usted tiene enfermedad renal crónica. En ocasiones podrá ser necesario el uso de otros tratamientos como:
  • Medicamentos especiales llamados atrapadores de fósforo para ayudar a evitar que los niveles de fósforo en sangre aumenten demasiado.
  • Para mejorar su anemia – Suplementos de hierro en pastillas o por vena y en ocasiones inyecciones especiales de un medicamento que ayudará a mejorar sus niveles de hemoglobina y evitar transfusiones de sangre.
  • Calcio y vitamina D extra (en cantidades recetadas por su médico.  Nunca utilice suplementos sin haber consultado antes con su      nefrólogo)
Además del uso de medicamentos, parte de su tratamiento incluye hacer cambios en sus hábitos de alimentación.  Entre ellos puede estar:
  • Disminuir su ingesta de sodio
  • Controlar su ingesta de líquidos
  • Es posible que necesite disminuir la cantidad de proteínas que consume
  • Disminuir la cantidad de alimentos altos en potasio y fósforo
  • Consumir las calorías necesarias para mantenerse en un peso saludable para usted.
En las clínicas CKD podemos ayudarlo a manejar su enfermedad renal crónica ya que contamos con profesionales expertos en salud renal.
  • Nefrólogos – el médico especialista en riñones
  • Enfermeros Renales
  • Dietistas Renales
  • Trabajadores sociales

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Diagnóstico simple de la enfermedad renal crónica incipiente en pacientes diabéticos

La diabetes mellitus (DM) es el diagnóstico más frecuente de los pacientes que reciben diálisis en Puerto Rico. Evitar o disminuir la posibilidad de que los pacientes con DM sean candidatos a diálisis es una de las prioridades más urgentes en la medicina puertorriqueña. Entonces, ¿por qué tantas personas viven con DM en Puerto Rico? Hay varios factores a considerar. Primero, está el factor hereditario. En muchas familias puertorriqueñas, tanto el padre y la madre, padecieron o padecen de DM. La posibilidad de desarrollar DM es alta en los miembros de esas familias. Los estilos de vida nocivos de los pacientes con DM es alarmante. La alta incidencia proviene de la obesidad y de una dieta inadecuada, alta en calorías y sal, más la falta de ejercicio. Otro de los factores importantes es que, a pesar de que existen pruebas de laboratorios simples que detectan alteraciones de la función renal en el paciente con DM, ellos son referidos tardíamente al nefrólogo. El diagnóstico de la enfermedad renal crónica incipiente en el paciente con DM es simple. Solo se necesitan dos pruebas de laboratorio para hacer un diagnóstico temprano. Las dos pruebas que se utilizan para evaluar la función renal son la creatinina sérica, que mide la función renal, y la albúmina en la orina. De esta manera, se podrá saber si tus riñones están funcionando de forma leve, moderada o severa, o si necesitas diálisis. También, es importante preguntar al paciente con DM si al orinar observa mucha espuma en la orina. Esto, puede ser un signo importante, porque puede estar relacionado con cantidades de proteína/albúmina aumentada en la orina. La presencia de proteína/albúmina en la orina es un signo de enfermedad renal o cardiaca en los pacientes con DM. Sin embargo, en la actualidad, existen los conocimientos científicos para detectar a tiempo la enfermedad renal en el paciente con DM y establecer un tratamiento sistemático para evitar o reducir el progreso de la enfermedad renal en este. La prevención es la clave, únete al movimiento: prevenir ahora o pagar después.
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La educación y el trabajo en equipo como factores principales para tratar la diabetes

Cuando se discute la diabetes, estamos hablando de cómo una de las principales epidemias del siglo XXI se extiende sobre la población. ¿Cómo tratarlo y detenerlo? La principal herramienta para la prevención de complicaciones y el desarrollo de la diabetes radica en la educación, no sólo para la población en general, sino también para los diferentes profesionales de la salud que, de una manera u otra, participan en el cuidado de los pacientes. Esto permitirá una mejor interacción en cada encuentro entre la persona y el proveedor de atención médica, maximizando el cumplimiento del tratamiento y logrando un mejor control metabólico para reducir el desarrollo de la diabetes, su progresión y complicaciones asociadas. En la actualidad, la innovación y la tecnología ofrecen nuevas y diferentes opciones de tratamiento para la diabetes. Hay muchos medicamentos orales que trabajan en diferentes defectos fisiológicos identificados en esta condición. Del mismo modo, ha habido nuevos medicamentos inyectables, que no son la insulina y ayudar a mantener un control adecuado de los niveles de azúcar en la sangre y mantener o reducir el peso corporal. También hay nuevas insulinas y métodos de administración de esto que permiten una mejor simulación de la secreción de insulina que se produce en una persona que tiene diabetes. Todo esto, además de la aparición de nuevos métodos para controlar los niveles de azúcar en la sangre para individualizar la terapia ayuda a cada persona con diabetes a lograr y mantener un control adecuado, ralentizar la progresión de la enfermedad y sus complicaciones. A pesar de todos estos avances no han sido capaces de reducir nuevos casos de diabetes, detener la progresión de la enfermedad o el desarrollo de complicaciones crónicas de este. En ese momento, en Puerto Rico no hay datos sobre el control de la diabetes. Los datos del Departamento de Salud muestran que el control de la diabetes de Estados Unidos en la nación, medido por el porcentaje de personas que lograron una A1C inferior al 7,0%, ha mejorado hasta el 55,7% en el período entre 2003 y 2004. ¿Cuánto más puede mejorar la situación? ¿Qué se puede hacer para lograrlo? Todavía hay un largo camino por recorrer. Hay suficientes herramientas para obtener un control adecuado de la diabetes y las condiciones asociadas. Para lograr detener esta epidemia, se necesitan esfuerzos conjuntos entre profesionales de la salud, organizaciones profesionales y no profesionales relacionadas con la diabetes, la industria de seguros, la industria farmacéutica, el gobierno y la población en general. Debemos aprender a trabajar juntos. Por lo tanto, lograría una mayor conciencia de cómo prevenir y controlar la diabetes y cómo individualizar la terapia para lograr el máximo beneficio con el menor riesgo y probablemente el mejor costo para cada individuo. Sólo entonces pondrá fin a la diabetes mellitus en Puerto Rico y así contribuirá a una mejor calidad de vida a nuestra gente.
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Consejos para una buena salud renal

Los riñones son dos órganos en el cuerpo cuyo funcionamiento adecuado es vital para la vida humana. En cada riñón hay miles de pequeños microfiltros (glomérulos) que son responsables de mantener el equilibrio adecuado de agua, minerales, ácidos, bases, sustancias tóxicas y nutrientes necesarios para un buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Además, los riñones producen hormonas que ayudan en la producción de glóbulos rojos y mantienen la hemoglobina (Hgb) y otras sustancias que fortalecen nuestros huesos en niveles aceptables. Estos microfiltros actúan como ”coladores” donde, de acuerdo a los orificios o poros de cada uno, se retienen o se filtran cantidades normales o excesivas de albúmina o glóbulos rojos en la orina. La presencia de pequeñas cantidades de albúmina en la orina (microalbuminuria) puede ser indicio de una enfermedad renal inicial. Entre las enfermedades que pueden afectar estos microfiltros se encuentran la diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2, y la hipertensión arterial. Estas condiciones pueden afectar el funcionamiento de los microfiltros y, de acuerdo al daño que ocasionan en dichas estructuras, los filtros o poros se agrandan, dejando pasar grandes cantidades de albúmina y de glóbulos rojos en la orina. Progresivamente, los microfiltros y sus poros se tapan, y no pueden llevar a cabo las funciones de los riñones a niveles normales. De acuerdo a la pérdida de los microfiltros, se pueden retener sustancias tóxicas que pueden hacer daño en nuestro cuerpo. Además, se puede producir anemia (bajo Hgb) y posible debilitamiento de los huesos. El funcionamiento global de los microfiltros se conoce debidamente, como la función renal. Existen pruebas de laboratorio clínico que pueden, en un forma simple, detectar si tus microfiltros están funcionando adecuadamente. Las dos pruebas que se utilizan para evaluar la función renal son la creatinina sérica, que mide la función del riñón y la albúmina en la orina. Si conocemos el valor de estas pruebas, podemos detectar el funcionamiento global de los microfiltros o, dicho de otro modo, la función renal total de ambos riñones. De esta manera, se puede saber si tus riñones están funcionando de forma normal, leve, moderada o severa y si necesitas diálisis. Es vital que conozcas el funcionamiento de tus riñones. Solicita a tu médico que te informe en cuál etapa de función se encuentran tus riñones. En resumen, una detección temprana de problemas en el funcionamiento de tus riñones te puede ayudar a evitar, en muchos casos, el deterioro progresivo de la función de tus riñones y la posibilidad de que necesites diálisis. La prevención ahora o pagar después: esa es la consigna. Para proteger el funcionamiento de tus riñones, se recomienda lo siguiente:
  • Presión arterial controlada.
  • Disminución de la microalbúmina, si se te ha detectado.
  • Normalización de los azúcares en la sangre.
  • Mantener el peso ideal para tu estatura.
  • Disminución del consumo de sal.
Niveles de colesterol adecuados, especialmente el colesterol malo, conocido como LDL. Consumo de proteínas aceptable (los niveles aceptables para un adulto saludable son: 1 gramo por cada kilogramo de peso). Evitar el uso de medicamentos para controlar el dolor (como los medicamentos relacionados al naproxeno). Usar debidamente los medicamentos naturales, ya que algunos de estos pueden causar daño a los riñones. El autor es principal director médico de P.R. RENAL HEALTH & RESEARCH, en Carolina, Guaynabo, Ponce y Toa Baja. Para información, llama al 787-710-CKDC (2532).
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Diabetes

La diabetes mellitus es una enfermedad que actualmente afecta a aproximadamente 26 millones de personas en los estados unidos.  En esta sección puedes conocer más acerca de la diabetes mellitus.
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¿Qué es la Diabetes?

Diabetes, también conocida como diabetes mellitus, es el nombre dado a una enfermedad que hace que una persona tenga altos niveles de glucosa en la sangre. Esto puede ocurrir ya sea porque la producción de insulina en el cuerpo es insuficiente o porque el cuerpo no responde adecuadamente a la insulina que se produce. En algunos casos, ambos factores contribuyen a niveles altos de glucosa en la sangre. Existen tres tipos de diabetes: Diabetes Tipo 1 Este tipo de diabetes se caracteriza por la incapacidad del cuerpo para producir insulina. La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda al cuerpo a utilizar la glucosa en sangre para obtener energía. Algunas personas llaman a este tipo de diabetes “diabetes insulino-dependiente” o “diabetes juvenil”, ya que por lo general afecta a las personas en su adolescencia o temprana edad adulta. La diabetes tipo 1 es menos común que la diabetes tipo 2. Los pacientes que son diagnosticados con diabetes tipo 1 necesitarán inyecciones de insulina para el resto de su vida porque sus cuerpos han dejado de producirlo. Junto con las inyecciones de insulina, deben seguir una dieta especial y asegurarse de que el seguimiento de los exámenes de sangre con regularidad. Diabetes tipo 2 El cuerpo no produce suficiente insulina para funcionar correctamente, o las células del cuerpo no reaccionan adecuadamente a la insulina (también llamada resistencia a la insulina). La mayoría de los casos de diabetes son diabetes tipo 2. Las recomendaciones para controlar los síntomas de la diabetes son la pérdida de peso (si es necesario), después de una dieta saludable, el ejercicio y la supervisión de los niveles de glucosa en la sangre. ¿Quién está en riesgo? Las personas con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La obesidad central, o grasa del vientre, contribuye en gran medida a la resistencia a la insulina. Junto con el sobrepeso, ser sedentario y comer alimentos no saludables también contribuyen al desarrollo de diabetes tipo 2. ¿Qué síntomas puede experimentar una persona con diabetes?
  • Micción frecuente (poliuria)
  • Sed excesiva (polidipsia)
  • Con hambre (polifagia)
  • Cansancio
  • Pérdida de peso
  Diabetes gestacional La diabetes gestacional se desarrolla durante el embarazo. El diagnóstico se realiza generalmente después de la 24 ª semana de gestación. Este tipo de diabetes puede desarrollarse si la insulina es insuficiente producida por el cuerpo de la madre o también puede estar asociada con la resistencia a la insulina, posiblemente debido a cambios hormonales durante el embarazo, lo que puede dar lugar a niveles elevados de glucosa en la sangre. La diabetes gestacional generalmente se puede controlar con ejercicio y dieta. Algunos pacientes pueden necesitar inyecciones de insulina para controlar los niveles de glucosa en sangre durante el embarazo. Si la diabetes gestacional no se diagnostica o permanece incontrolada, existe el riesgo de complicaciones durante el parto. Por lo general, la diabetes gestacional desaparece después del parto. En muchos casos, las mujeres que han tenido diabetes gestacional, van a desarrollar diabetes tipo 2 años más tarde. Cambios en el estilo de vida como comer sano y mantener un peso saludable pueden reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante.
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Cuidando bien sus riñones

La Diabetes mellitus, tipo I y tipo II, es una condición de salud que afecta la función renal necesaria para mantener la vida.

Cada riñón tiene miles de microfiltros pequeños que son responsables de mantener el balance de agua, minerales, ácidos, bases, toxinas y nutrientes para el funcionamiento del cuerpo.  Además, los riñones producen hormonas que ayudan en la producción de glóbulos rojos y permiten mantener adecuados los niveles de hemoglobina y niveles de otras sustancias que mantienen los huesos en óptimas condiciones.

Estos microfiltros actúan como coladores con los que, a través de los poros de cada riñón, se retienen o filtran cantidades normales o excesivas de glóbulos rojos.  La presencia de cantidades pequeñas de una proteína llamada albúmina podría indicar el comienzo de la enfermedad renal.  Cuando la diabetes y la hipertensión arterial ocasionan un daño en los riñones, los poros aumentan su tamaño y permiten el paso de cantidades grandes de glóbulos rojos en orina.  Progresivamente, los microfiltros y poros se obstruyen y son incapaces de realizar sus funciones normales.

Debido a esta obstrucción en los microfiltros, las sustancias tóxicas se retienen y ocasionan un daño al cuerpo humano.  Además, se desarrollan complicaciones como anemia y deterioro en los huesos.  Las funciones globales de los microfiltros se conocen como función renal.  Existen pruebas clínicas de laboratorios que pueden detectar si esos microfiltros están funcionando adecuadamente.  Las dos pruebas que se utilizan para evaluar la función renal son creatinina en sangre, que mide la función renal, y albúmina en orina.  Luego de obtener los resultados de estas pruebas, la capacidad de filtración de los riñones se puede determinar y se decide si es necesario algún tratamiento adicional.

Siempre es recomendado consultar con su médico para que le informe en qué etapa de funcionamiento se encuentran sus riñones.  Una detección temprana de la enfermedad renal, en la mayoría de los casos, puede ayudar a evitar el deterioro de los riñones y disminuir el riesgo de requerir el tratamiento de diálisis.

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